domingo, 4 de octubre de 2009

Malentendidos sobre teleportación. [Extracto de "Teleportación Cuántica", Curso de Verano: "Introducción a la teoría cuántica de la información"]

No cabe duda de que el término teleportación puede resultar muy atractivo a un elevado número de personas. Y más teniendo en cuenta la visión difusa que buena parte de la sociedad (española por ejemplo) parece poseer de la línea que separa la ciencia de la ciencia-ficción (no siempre clara ni para el más experto).

No voy a entrar a valorar con detenimiento lo adecuado o no de la tendencia existente en numerosos medios de comunicación, de confundir (casi siempre de forma inconsciente, pero irresponsable al fin) ambas disciplinas. Hasta cierto punto, esa visión mágica que pretenden aportar en ocasiones, (algunas veces de forma justificada) de determinados logros científicos, puede servir para que un número mayor de personas se interesen por la ciencia.

Estoy realmente convencido, por ejemplo, de que el impacto de las cabeceras de los informativos, avisando sobre la posibilidad de que un agujero negro generado en el LHC se trague la Tierra en pocos minutos, repercutirán positivamente en el número de estudiantes de primer año en las carreras de física (en una medida mucho mayor que los fundamentales, y, para algunos, emocionantes, objetivos reales del acelerador).

Una forma de pensar (bastante criticable, reconozco) sería la siguiente: imaginemos que se permite e incluso fomenta una visión de la física tal que cuando la gente piensa en ella evoca viajes al pasado, máquinas superinteligentes humanicidas, agujeros negros devora planetas, etc., creándose en esas personas una visión atractiva y una actitud curiosa (por parte de algunos) hacia la misma. Cuando los curiosos se acercaran a profundizar, sería el momento de separar lo que es física de lo que no. Mientras tanto, los abstemios permanecerían en la misma posición que ahora, si acaso con cierta predisposición más favorable.

Opino, sin embargo, que el fomento de la ignorancia no puede de ninguna manera ir de la mano del avance de la ciencia, a pesar de que tal impulso no suela llevarse a cabo desde el propio ámbito científico, y sí frecuentemente desde los altavoces utilizados para hacer llegar tales avances a la sociedad. Es obligación de los científicos intentar evitar la propagación de informaciones (deliberadamente o no), erróneas, por fantasiosas, exageradas, o en definitiva, por ausentes de rigor.

De esta manera, creo conveniente analizar hasta qué punto se ha pervertido el término teleportación desde que en 1993, C.H. Bennett, G. Brassard, C. Crépeau, R. Jozsa, A. Peres y W.K. Wootters designaran así al protocolo antes explicado. No cabe duda de que los autores tomaron parte del omnipresente concepto del teletransporte (palabra inventada por el escritor Charles Fort en la década de los años 30 del siglo XX) para nombrar a su protocolo, haciendo que este incitase a pensar en la posibilidad real de teletransportar materia. [El término teleportación excluye acertadamente la palabra “transporte”, dando a entender que no hay envío instantáneo de materia en el proceso].

A pesar de los avances llevados a cabo desde 1993, como la posibilidad de teleportar estados cuánticos entre luz y materia, no parece que exista camino alguno (al menos de momento) hacia el teletransporte de materia, que, en principio supondría una violación del 2º Postulado de la Relatividad Especial. [No ocurre esto con la teleportación cuántica, ya que ninguna información en el protocolo viaja más rápido que el límite impuesto por la velocidad de transmisión del canal clásico (c)].

No se trata de ser aguafiestas al negar la existencia de perspectivas para el teletransporte de materia, sólo se pretende evitar informaciones falsas y situar las cosas en el estado en el que realmente se encuentran actualmente. Y es que es suficiente con escribir “teletransporte” en un buscador de internet para encontrar frases como “El teletransporte ya es una realidad”, o “¿Teletransporte? Muy posible, lo siguiente: el viaje en el tiempo” o informaciones en revistas, digitales o no, de diversa índole, en las que se indica que se ha conseguido teletransportar fotones refiriéndose a los experimentos de teleportación de sus estados de polarización. U otras en las que se asegura que pronto será posible teleportar átomos, moléculas, y hasta cervezas bien frescas, desde la nevera, directas a la mano del entusiasmado lector.

Las aplicaciones previsibles de la teleportación cuántica, entre las que se incluyen la teleportación de estados desde partículas inestables hasta otras que no lo sean o la construcción de repetidores cuánticos, parecen algo más modestas que el crucial asunto de la cerveza. Al menos en principio.

2 comentarios:

Stonet dijo...

Casualmente ayer recogí esta noticia que va como anillo al dedo a tu post:

http://ecodiario.eleconomista.es/ciencia/noticias/1638137/10/09/Intenta-Dios-impedir-que-se-ponga-en-funcionamiento-el-LHC.html

Anónimo dijo...

Who knows where to download XRumer 5.0 Palladium?
Help, please. All recommend this program to effectively advertise on the Internet, this is the best program!