viernes, 17 de octubre de 2008

De monstruos gigantescos y señores chiquititos...(3) (F.C.F.)

Como ya he comentado, lo prometido es deuda. El problema es que no todas las deudas quedan saldadas en algún momento. No será este el caso.

Vamos al tema, que si no, empezaré a divagar como de costumbre (un día prometo publicar una entrada de reflexión en la que explicaré el Sentido de la vida... Por ejemplo).

Como decíamos, nuestro hombre menguante adquiriría una fuerza relativa directamente proporcional a la disminución de su altura. Esto le permitiría mover objetos mucho más pesados que los que levanta en la película.

El segundo punto a comentar se corresponde con la frecuencia de la voz de nuestro hombrecillo. Conforme va disminuyendo de tamaño, vemos como ésta se mantiene ronca y viril (como la de Raphael, por lo menos). Sin embargo, veremos como no es esto lo que debería de suceder.
En efecto, la frecuencia de una cuerda queda definida en función de los parámetros: longitud, tensión aplicada, densidad y sección, relacionados de la manera siguiente:



Conforme variemos el tamaño de la cuerda conservando sus dimensiones, el radio de su sección irá cambiando proporcionalmente con la longitud. Así vemos como la frecuencia de la cuerda cambiará con el inverso del cuadrado de su longitud. De esta manera, si la aumentamos emitirá sonidos más graves, y si la disminuimos, sonidos más agudos.

Pues bien, si suponemos que las cuerdas vocales del "increible hombre menguante" guardan la proporción al disminuir de tamaño y consideramos constantes su densidad, y la tensión de las mismas (punto quizás discutible) vemos que si su altura ha disminuido 100 veces, la frecuencia de su voz habrá quedado multiplicada por 10.000... Si aceptamos ahora que la frecuencia inicial de su voz era de 400+/-50Hz (Hertz y no "Hercios" o "Hertzios". Cuando un español invente algo diremos Franciscos, y no Francisqueisions...) podemos calcular su nueva frecuencia en tamaño mini:


Vaya, vaya, nuestro hombrecillo emitiría ultrasonidos... De hecho emitiría en la banda de las "microondas" (sonoras claro). Un poco (bastante) más y emite dentro del espectro visible y entonces sí que ya no sé lo que pasaría...(¿sonidos visibles?*...). (Ver documento gráfico adjunto: "Un señor "hablando" ondas visibles").



*Obviamente esto último es una gilipollez, porque las ondas sonoras son mecánicas y no electromagnéticas como las de la luz...

El tercer punto de ataque se basa en el hecho de que la capacidad de absorción de calor de un animal aumenta con el cubo de su altura (con su volumen), mientras que la capacidad de pérdida sólo aumenta con su superficie (por donde puede refrigerar). De este modo, un hombre de 1,85cm tendría graves problemas para mantener su calor corporal en torno a una temperatura medianamente alta, ya que lo perdería con gran facilidad. Así pues, nuestro hombrecillo debería de ir abrigado hasta las orejas para no morir de congelación...

Podemos hablar finalmente del tamaño de sus ojos. Para ello necesitaremos la siguiente definición del fenómeno conocido como difracción:

La difracción es un fenómeno característico de las ondas que consiste en la dispersión y curvado aparente de las ondas cuando encuentran un obstáculo.

La difracción sólo ocurre cuando la longitud de la onda es mayor que las dimensiones del obstáculo con el que se encuentra. Esta longitud es del orden de las micras para la banda del visible. De este modo, y si suponemos que nuestro hombre a tamaño normal tenía unos ojos de 1cm de radio, nuestro hombre pequeñajo tendrá unos ojos de unas 10 micras. Es decir, que estará bordeando con los problemas de la difracción. Si siguiese disminuyendo su altura acabaría por no ver a tres minihombres a caballo de un miniburro.

Próxima entrada: Hum... Está por ver...

3 comentarios:

Sebastian Uriarte dijo...

ola soy d peru y xq no le pones una plantilla a tu blog¿?¿?si quieres dejame el mensaaje en mi blog

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Anónimo dijo...

Después de releer las tres partes y quédandome con esta última, llego a una conclusión un tanto extraña, que para nada encaja con el sentido común. Voy al grano, en la ecuación que relaciona la frecuencia con la longitud de la cuerda y su densidad, observamos que la frecuencia aumenta o que la longitud de onda asociada disminuye conforme disminuye el cuadrado de la longitud de la cuerda. Pues bien, si esa longitud tiende a cero, la frecuencia aumentará y aumentará, adquirirá todo tipo de longitudes de ondas pasando por el de onda visible. Una onda mecánica como es el sonido necesita de un medio para desplazarse, el aire, el agua son medios elásticos. Por ejemplo, si te sumerges en una piscina y hablas o al menos lo intentas, ¿estas creando ondas? ¿y esas tampoco se ven? O ¿son ondas? o ¿sólo se comportan como tal? Así pues, ¿en qué sentido podemos ver la onda?

Por otra parte, si la lonfitud de la cuerda es infinita, la frecuencia es cero. Una cuerda de longitud infinita no vibra?

Esto ha sido todo, amigos.

PD: Voy escribiendo lo que pienso, así está todo ordenado.

Anónimo dijo...

Ah, el dibujo es tuyo, original PBG, no?